
La rinoplastia, nombre con el que técnicamente se designa a la cirugía estética de nariz, es una operación emblemática en el campo de la cirugía estética. El apéndice nasal no suele pasar inadvertido y es objeto tanto de admiración como de burlas por parte de la sociedad, un hecho que ha sido reflejado en la literatura mundial a lo largo de la historia.
La cirugía estética de nariz permite aumentar o disminuir su tamaño, darle otra forma a su punta o a su raíz, modificar la apertura de los orificios nasales o cambiar el ángulo formado por la nariz y el labio superior.
También puede corregir un defecto de nacimiento o un traumatismo, así como también mejorar los problemas de respiración.
En definitiva, a través de la cirugía estética de nariz se pretende alcanzar dos objetivos al mismo tiempo: por una parte crear un equilibrio natural atractivo y armónico con el resto de la cara y por otra parte corregir cualquier estructura anatómica que dificulte la respiración nasal.
El resultado clínico final de esta cirugía estética dependerá de las características de la anatomía ósea y cartilaginosa propias de cada individuo así como del grosor de su piel.
Es de gran importancia que durante la primera visita se cree una corriente de entendimiento con el cirujano. Para ello, el paciente debe exponerle sus deseos respecto a cómo le gustaría que quedara su nariz y que cambios querría hacer, además de comunicarle si tiene dificultades respiratorias.
Por su parte el cirujano hará las preguntas que crea conveniente, examinará y evaluará las estructuras tanto nasales como el resto de la cara del candidato a la cirugía estética de nariz y finalmente, le comentará aquellas posibilidades que vea factibles de acuerdo con los deseos del paciente.
En esta primera visita previa a la cirugía estética, también se explican los factores que pueden influir en el resultado final: características de los huesos, cartílagos y piel. Las pieles gruesas evitan que se vean o se noten al tacto los bultitos que quedan debajo de la dermis, pero tienden a una cicatrización de mayor grosor que da lugar a un aumento del volumen de la nariz superior al deseado.
Por el contrario las pieles delgadas sometidas a una cirugía estética de nariz cicatrizan muy bien, pero se pueden entrever pequeñas irregularidades como los injertos de cartílago o los callos óseos, y es posible que se aprecien al tacto.
El cirujano también comentará el tipo de anestesia que precisará para llevar a cabo la cirugía estética, le dirá asimismo si la operación será cerrada (por dentro de la nariz) o abierta (a través de una pequeña incisión efectuada en la columela), es decir, el pilar que separa ambas fosas nasales y que va desde el labio superior hasta la punta de la nariz, los riesgos, los costes, las condiciones del preoperatorio, así como las instalaciones donde se efectuará la cirugía estética.
Cuando existe un problema funcional respiratorio o una deformidad originada por un traumatismo o lesión, es posible que una parte de la cirugía estética sea pagada por la compañía aseguradora a la que el paciente este suscripto.
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